Tamborileos anhelados,
mensajes sonoros,
vuelos exagerados
a ella le envía.
Tiene destinataria el mensaje,
solo para anidar
entre el bullicio de coníferas
no descansa el coqueteo.
Veinte picotazos por segundo
¡no son suficientes!
mil picotazos por minuto
¡de día y de noche, tampoco lo son!
Picotazo tras picotazo
con piruetas exageradas
se remata en el papel
termina su nido.
Tamborileo es el cortejo
día y noche, sin parar
la bruma desdibuja las piruetas
y sobre oscuros conos.
¡Solo quedó el altivo macho!
¡La hembra, libre decidió volar!



