La comunidad de palabras: El latido de GestaCuentos

Entrevista GestaCuentos

¿Dónde y cuándo naciste?

Nací en el corazón de la escritura y la imaginación, en un espacio donde las historias encontraron un hogar, allá por al año 2017, en la colonia Narvarte de la hermosa e histórica Ciudad de México. Mi primera respiración fue en las páginas de un taller literario que tomó forma con la pasión de Carla Cecilia Cejudo y Guillermo Torres, amantes del poder de la narrativa como forma de vida.

¿Cuáles fueron tus primeros pasos?

Fueron tímidos pero firmes. Empecé reuniendo a un grupo de personas con el deseo de escribir y compartir nuestras voces en una especie e incipiente Comunidad de iguales. Primero, exploramos el cuento, luego nos aventuramos en la autobiografía y las cartas ─no astrológicas, aunque coqueteamos con el tema─. Paso a paso, nos convertimos en una verdadera Comunidad, una que escucha y se impulsa.

¿Por qué te llamas “GestaCuentos”?

Porque trabajamos permanentemente para gestar historias con vida. Aquí se conciben, se nutren y crecen relatos que merecen ser contados: relatos que respiran, que se mueven, que sueñan y piensan, que se conciben con amor y que tienen vida propia. Me gusta pensar que cada participante es un creador, como Dios y que juntos damos vida a narraciones que trascienden.

¿A qué te dedicas?
A generar las condiciones para dar voz a quienes tienen una historia que contar. Acompaño a escritores, tanto novatos como experimentados, en su camino de creación. Me gusta ser un espacio seguro donde cada historia es válida y posible y en donde el resto de la Comunidad sugiere pinceladas para que cada palabra del texto tenga un sentido y un propósito.

¿Cuál crees que sea tu misión en la vida?
Abrir puertas. Quiero que más personas descubran el poder de contar sus historias, de abrir caminos en su paso por al arte y por la vida, que se atrevan a escribir sin miedo y que encuentren en la narrativa una herramienta para expresarse, sanar y conectar con su mundo interno y con el resto del mundo. Poner mi aportación para encontrarnos con el paraíso.

¿Cuál consideras que es tu mejor virtud?
Disfrutar el camino con el otro, es decir, la empatía. No importa de dónde vengas ni qué tan lejos quieras llegar, aquí siempre hay un lugar para ti. Me enorgullece ver cómo cada persona encuentra su propia voz a través de compartir la suya con la Comunidad de GestaCuentos.

Platícame de tu vida interna
Es un torbellino de ideas, de palabras que se cruzan, de historias que se entrelazan. Aquí se opina, se debate, se aprende, se crece. Cada sesión es un latido, cada texto que nace es una nueva posibilidad. Y, a través del trabajo permanente y constante se pulen los textos y se logra la satisfacción con la obra y con uno mismo; solo así se crece.

¿Qué es lo más emocionante que te ha sucedido?
Publicar. Cada vez que una historia escrita en mis sesiones ve la luz en una revista, en una antología o en la voz de su autor en un evento, siento que logro mi razón de ser y mi propósito en la vida. Y, claro, ver cómo la comunidad crece, cómo nuevos narradores se suman y comparten su creatividad.

¿Cómo crees que te ve la gente?
Como un refugio, pero principalmente como una Comunidad que comparte y crece; también como una opción para vivir, un refugio cálido, un estar en el hogar. El lugar donde las palabras encuentran su camino y los escritores se sienten cómodos. Algunos me ven como un reto, otros como una oportunidad. Pero, sobre todo, quiero que me vean como un espacio donde sus historias importan.

¿Cómo te ves en el futuro?
Más grande, con más historias, con más voces. Me veo cruzando fronteras, llegando a más personas, publicando más, inspirando a nuevas generaciones de narradores. Y, sobre todo, sigo viéndome como un lugar vivo, donde la creatividad nunca se detiene.

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