Iniciar por algún punto de la historia desarrollada. Es importante que el cuento no inicie desde un planteamiento inicial, como si se quisiera no dejar espacio para las dudas. Es muy aburrido, eso habrá que dejarlo para los textos técnicos, para los manuales. En literatura nuestros textos deben iniciar en un punto de tensión alto; así, el interés del lector se captará de inmediato a partir de sus preguntas y expectativas sobre el conflicto.
Desplegar a partir de un solo hecho por narrar. Un cuento está construido por un solo hecho por narrar; ello imprime una conducta dramática precisa a los personajes, al ambiente y a los otros elementos que se conjugan en la historia, en donde cada uno debe cumplir su destino de manera sostenida eimplacable, de principio a fin.
El hecho por narrar es la base del conflicto, es el acontecimiento que da sentido al cuento. Si existe más de un hecho, más de una línea, la tensión tenderá a diluirse y el texto tendrá un final turbio. La novela puede contenerdos o más hechos sin afectar su estructura, ni la construcción de los personajes.
Construir un relato que despliegue y oculte el hecho hasta el final. Lo atractivo es construir un relato que permita desplegar y al mismo tiempo ocultar el hecho hasta el final. El verdadero tema se construye en el texto desde el inicio, pero es hasta el final de éste cuando llega el momento de la revelación.
El hecho se va desatando paulatinamente, a cuentagotas, a manera de indicios que quedan fuera de la atención central del lector. Esta necesidad de ocultar el hecho es el principal reto narrativo para el cuentista.
El ocultamiento plantea la necesidad de una estructura dramática en la que las acciones de los personajes lleven al lector a suponer hechos narrados posibles que no se cumplen, no se concretan, pero que sirven para distraer al lector del hecho central narrado. La sustancia, la razón de ser del final, es precisamente: revelar.
Atraer significados externos Una de las característica que resultan relevantes es que la obra final sólo cobra sentido cuando logra significar algo más allá de las acciones que relata.
Cuando la historia no es un mero entretenimiento, sino que genera un significado externo, estamos ante un cuento.
Es como una fotografía de calidad: “un arte como una aparente paradoja”: la de recortar un fragmento de la realidad, fijándole determinados límites, pero de manera tal que ese recorte actúe como una explosión que abre de par en par una realidad mucho más amplia, como una visión dinámica que trasciende espiritualmente el campo abarcado por la cámara.
CONCLUSIONES: Si el cuento no cumple con estas cuatro exigencias básicas, lo que suele resultar es un texto descriptivo, anecdótico, poco profundo, y en el mejor de los casos, divertido.
El cuento, como la poesía, no sólo es dulce; también, parafraseando a Horacio, aconseja y predice.