Cabaret

La experiencia inicia desde que cruzas el umbral del teatro. La ambientación nos transporta al Berlín de 1929 y, más específicamente, al decadente Kit Kat Club.

En aquella época, el nazismo cobraba una fuerza inusitada y el icónico centro nocturno se erige como una metáfora de los terribles cambios políticos que tuvieron lugar en los últimos días de la República de Weimar, régimen surgido en Alemania como una de las consecuencias de la Primera Guerra Mundial.

Cabaret es una de las comedias musicales más poderosas en la historia del teatro y escenificarla exige un trabajo de filigrana en todos los sentidos.

Por eso, es de aplaudirse el trabajo de Daniela Romo, Claudio Carrera, Diego Luna y Tina Galindo (recién fallecida), quienes lograron una producción impecable al convertir un escenario en cabaret y presentar atractivos números musicales, orquesta en vivo, deslumbrantes vestuarios y enormes actuaciones.

Porque darles vida a los personajes de esta pieza musical no es para cualquiera. Cada uno exige personalidad, bagaje interpretativo, capacidad para provocar emociones y tocar las fibras más sensibles de tu ser.

Y quienes forman parte de este elenco, cumplen a cabalidad. Particularmente, ponerse en la piel de Sally Bowles o en los zapatos del maestro de ceremonias (EmCee) son de una exigencia mayor.

El libreto de Joe Masteroff nos cuenta la historia del escritor estadunidense Cliff Bradshaw, quien llega a la ciudad en vísperas de Año Nuevo y se enamora de la cantante inglesa Sally Bowles, estrella principal del cabaret, donde, entre la seductora música, las alegres coreografías y personajes egoístas en busca de su bienestar, el singular maestro de ceremonias todo lo observa.

Es una obra dramática con un fuerte componente político por el contexto del ascenso del partido nazi y los deseos de la gente por conseguir una vida mejor pese a las adversidades. Justo eso simboliza el Kit Kat Club: los anhelos de diversión, de vivir el momento pese a que afuera el mundo se esté cayendo a pedazos.

Aunque se trata de una obra que retrata una realidad de hace casi un siglo, su vigencia es incuestionable pues hoy, como ayer, la amistad y la hermandad se diluyen ante el peso de nuestras opiniones políticas. Cabaret funciona, entonces, como un espejo en el que podemos vernos iguales, pues todos anhelamos ser felices, tener igualdad, un buen empleo, una familia, un amor y estar bien.

Ya decíamos que darle vida a Sally Bowles es una tarea harto compleja por la exigencia del personaje, pero en esta temporada lo han hecho con gran tino artistas como Ilse Salas, Cassandra Sánchez Navarro, Lisset, Kika Edgar e Itatí Cantoral.

En estos días y hasta el próximo mes de septiembre, de manera especial lo interpreta Mon Laferte, quien, aunque no es actriz, hace un trabajo muy destacado como la diva del Kit Kat Club. No deje de verla, viva la experiencia de esta puesta en escena y olvídese, aunque sea por un rato de todos sus problemas.

Fotografía: cartelera de teatro.



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