El secreto del sol

El secreto del sol

Nuestra fábrica de luz y calor

Una noche despejada, miras al cielo y ves incontables puntos brillantes, algunos más que otros, dispersos en la inmensidad del espacio. Te preguntas cuán lejos estarán.

A la mañana siguiente, el cielo ha cambiado: es azul y despejado, y aquellas luces nocturnas han desaparecido. Alzas la vista y, por un breve instante, miras la fuente de la luz que lo inunda todo. No puedes sostener la mirada más de un segundo, pero sabes que es el mismo astro que cada día aparece por el este y desaparece por el oeste debido a la rotación de la Tierra. Reflexionas: sin esa luz, las plantas no crecerían, y tu propio cuerpo la necesita para producir vitamina D. Entonces surge la pregunta: ¿Cómo genera el Sol su calor y su luz?

Como te podrás dar cuenta, los puntos luminosos en el cielo y el sol son lo mismo: estrellas, pero este último nos parece tan grande porque está mucho más cerca que las demás. Existen distintos tipos de estrellas: gigantes rojas, enanas marrones, enanas blancas, estrellas de neutrones, entre otras. Nuestro Sol es una enana amarilla de tipo espectral G2V, con una temperatura superficial de aproximadamente 5,500 °C y un núcleo que alcanza los 15 millones de grados. Es en ese núcleo donde ocurre el proceso que le permite brillar y generar calor.

El Sol está compuesto principalmente de hidrógeno gaseoso, junto con pequeñas cantidades de otros elementos. En comparación con el resto de los objetos que conforman nuestro sistema solar, el sol es demasiado grande y hace que la gravedad en esa zona sea demasiado fuerte, lo que provoca que su núcleo esté comprimido hacia adentro. Está presión ejercida sobre el núcleo hace que los átomos de hidrógeno gaseoso estén demasiado juntos unos de otros que llegan a fusionarse para generar otro elemento, llamado helio. A este proceso se le llama fusión nuclear, ya que los núcleos de los átomos se juntan, se unen por la fuerza de gravedad de la misma estrella.

Cuando dos átomos se fusionan y forman un elemento nuevo, se genera demasiada energía que es liberada en forma de calor y luz, que es lo que llega a nuestro planeta en forma de ondas electromagnéticas y radiación desde el sol.

La mayoría de las estrellas funciona de esta manera, pero con otros elementos, dependiendo del tipo de estrella, generando así su brillo y calor como nuestro sol, que por cierto, es muy joven: Tiene aproximadamente 5 mil millones de años de existencia, lo que lo hace una estrella muy joven comparada con otras.

Además de estás características, el sol gira sobre su propio eje y a la vez gira alrededor de la galaxia junto con el sistema solar, también mantiene a los planetas en órbita girando alrededor de él sin que se puedan escapar y está a ciento cincuenta y dos millones de kilómetros de nuestro planeta.

Ahora lo sabes: el calor y la luz que sientes cada día son el resultado de un proceso cósmico que ha ocurrido sin pausa durante 4,600 millones de años. Y lo más fascinante es que, gracias a esa energía, la vida en la Tierra es posible.