EL PAPEL DE LOS TLAXCALTECAS EN LA CONQUISTA DE TENOCHTITLÁN

EL PAPEL DE LOS TLAXCALTECAS EN LA CONQUISTA DE TENOCHTITLÁN

Cuando Hernán Cortés y sus tropas llegaron a lo que hoy es México en 1519, no venían solos: traían consigo ambición, armas, caballos y una gran necesidad de aliados. Muy pronto se dieron cuenta de que, para conquistar el poderoso imperio mexica, necesitaban algo más que pólvora: necesitaban conocer el territorio, contar con más hombres y tener legitimidad ante otros pueblos indígenas. Fue entonces cuando se toparon con los tlaxcaltecas, un pueblo que cambiaría el rumbo de la historia de América.

Antes de la llegada de los españoles, el pueblo tlaxcalteca vivía en el altiplano central de Mesoamérica, en una región conocida como Tlaxcala. Esta zona estaba dividida en cuatro señoríos que compartían una organización política confederada. Aunque eran independientes y orgullosos, estaban rodeados por los mexicas, quienes dominaban el centro de México a través de un imperio que se sostenía con la guerra, el tributo y el temor.

Desde hacía décadas, los tlaxcaltecas estaban en conflicto con los mexicas. Estos los habían intentado conquistar sin éxito, pero mantenían una constante presión militar y económica sobre ellos. Además, los usaban como enemigos permanentes en las llamadas “guerras floridas”, una forma de conflicto ritual cuyo objetivo era capturar prisioneros para el sacrificio. Así, los tlaxcaltecas vivían en una especie de cerco político y comercial, sin acceso fácil al comercio con otras regiones, y constantemente amenazados por la fuerza mexica.

Cuando Hernán Cortés y su ejército avanzaban hacia Tenochtitlán, se enfrentaron con los tlaxcaltecas en septiembre de 1519. Al principio, los tlaxcaltecas pensaron que eran otra amenaza y los combatieron durante varios días. Sin embargo, al darse cuenta del poder destructivo de las armas y caballos de los españoles, y viendo una oportunidad para enfrentar a su viejo enemigo, cambiaron de estrategia. Decidieron aliarse con ellos. Esta alianza se formalizó con acuerdos, intercambios diplomáticos y matrimonios, como el de Xicoténcatl el Viejo (un importante señor tlaxcalteca) al ofrecer a su hija en matrimonio a un español.

Este fue un punto de quiebre fundamental. A partir de ese momento, miles de guerreros tlaxcaltecas acompañaron a Cortés en su marcha hacia Tenochtitlán. De hecho, se estima que, durante el sitio final de la ciudad en 1521, más de 30,000 indígenas tlaxcaltecas lucharon junto a los aproximadamente 900 soldados españoles. Fue gracias a ellos que los europeos lograron moverse por un territorio que no conocían, abastecerse, obtener información sobre los mexicas y contar con una fuerza de combate mucho mayor.

La alianza entre españoles y tlaxcaltecas fue clave durante los principales momentos de la conquista. Uno de ellos fue la llamada “Noche Triste”, el 30 de junio de 1520, cuando los mexicas expulsaron a los españoles de Tenochtitlán causando grandes bajas. Los tlaxcaltecas dieron refugio a los sobrevivientes, los ayudaron a reorganizarse y volvieron a unirse a la ofensiva.

La batalla definitiva comenzó en mayo de 1521, con el sitio de la gran ciudad mexica. Durante casi tres meses, españoles y tlaxcaltecas bloquearon entradas, destruyeron acueductos, rompieron alianzas mexicas con otros pueblos, y atacaron por tierra y agua. Finalmente, el 13 de agosto de 1521, cayó Tenochtitlán y fue capturado su último tlatoani, Cuauhtémoc.

Los tlaxcaltecas no lucharon simplemente por conveniencia momentánea. Tenían claros motivos: deseaban liberarse del dominio y hostigamiento mexica. Además, esperaban conservar su autonomía, recibir recompensas y tener privilegios frente a otros pueblos indígenas. Y en gran parte, lo consiguieron.

Después de la conquista, los tlaxcaltecas obtuvieron una serie de beneficios del nuevo gobierno colonial español:

Entre los beneficios que obtuvo el pueblo Tlaxcalteca es que fue reconocido por la corona española como una ciudad leal, conservando cierta independencia en su gobierno local. Tenían cabildo indígena y conservaron parte de su organización interna. Además de la exención de tributos y encomiendas: A diferencia de otros pueblos indígenas conquistados, los tlaxcaltecas no fueron sometidos al sistema de encomienda tan severamente como otros. Muchos quedaron libres del pago de tributo por generaciones. Recibieron títulos de nobleza indígena, tierras confirmadas por la corona, y sus líderes fueron tratados como aliados. Se les permitió portar armas, montar a caballo y usar ropas españolas, lo cual era inusual para otros pueblos. Se convirtieron en una gran fuerza militar para la colonización del norte del país: En el siglo XVI, algunos tlaxcaltecas participaron en campañas de colonización y pacificación en el norte de México (como en Nuevo León, Coahuila y Zacatecas). Lo hicieron como aliados, no como conquistados. Incluso el reconocimiento en documentos oficiales: El título de “muy noble y leal ciudad de Tlaxcala” fue confirmado por el rey Felipe II en 1543. Este reconocimiento se mantuvo durante la época colonial.

Se ha acusado a los tlaxcaltecas de “traicionar” a otros pueblos indígenas al ayudar a los españoles. Sin embargo, esta visión no considera que ellos no eran parte del imperio mexica, sino sus enemigos. Para los tlaxcaltecas, los españoles representaban una oportunidad de liberarse de un dominio opresivo. En vez de verlos como traidores, muchos historiadores actuales los consideran como actores políticos que tomaron decisiones estratégicas en un momento de gran incertidumbre.

La conquista de Tenochtitlán no fue solo obra de los españoles. Fue posible gracias a las alianzas que establecieron con pueblos indígenas como los tlaxcaltecas, quienes jugaron un papel central en la caída del imperio mexica. Su conocimiento del territorio, sus guerreros y su deseo de independencia fueron decisivos. A cambio, obtuvieron ciertos privilegios en el nuevo orden colonial.

Los pueblos indígenas no fueron simples víctimas o espectadores: también fueron actores con intereses, estrategias y decisiones propias. Y en este caso, los tlaxcaltecas marcaron una diferencia fundamental en uno de los eventos más importantes de la historia de América.

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